miércoles, 10 de junio de 2015

LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA





En la edad media la educación se basaba en el catolisismo ya que era la principal religion.
En la edad media se estudiaba la astronomia especificamente en los siglos IX
Durante siglos, la enseñanza, el aprendizaje, el conocimiento escaso que se había rescatado de las culturas griega y romana, estuvieron asociados a la Iglesia Católica y, sobre todo, a las necesidades que ella tenía (como, por ejemplo, en los servicios religiosos y la lectura de los libros sagrados). El latín fue escogido como idioma oficial de la Iglesia, por eso durante todo este período en la enseñanza como en el intercambio de conocimiento fue el latín la lengua que se usó. Debe decirse que en toda esta época no había mucha matemática disponible, aunque en el currículo educativo para las pocas escuelas que hubo se le dio cierto énfasis a las matemáticas. Por ejemplo, el modelo educativo estaba formado por lo que se llama el cuadrivium y el trivium. El primero estaba constituido por geometría, aritmética, astronomía y música. El trivium: por retórica, gramática y dialéctica . Sin embargo, como hemos dicho, el nivel matemático era bajo, apenas una aritmética y una geometría muy elementales.
Los estudios en la edad media eran: Astronomia , matematica



Características:


1.- Acentuación del acetismo.

2.- Se da mayor atención a la vida emotiva sentimental y religiosa.


3.- Predominan las materias abstractas y literarias.


4.- Poseía un carácter universal (por el cristianismo y el latín).


5.- Didacticamente prodominó el verbalismo y el memorismo.


6.- Se imponían castigos corporales.


7.- Aparece la educación Caballeresca, Gremial y Ciudadana.


8.- La autoridad del maestro tenía gran influencia.


9.- Se da un gran desarrollo intelectual e institucional de cristianismo.



Tomás de Aquino O.P.

(Roccasecca, Nápoles, 1225 – Convento de Fossanova, en la actual Provincia de Latina, 7 de marzo de 1274), fue un reconocido teólogo y Doctor de la Iglesia Católica que vivió en la edad media. Máximo representante de la tradición escolástica, y padre de la Escuela Tomista de filosofía. Es conocido también como Doctor Angélico y Doctor Común. Su trabajo más conocido es la Summa Theologica, tratado en el cual postula Cinco Vías para demostrar la existencia de Dios. Canonizado en 1323, fue declarado Doctor de la Iglesia en 1567 y Patrón de las Universidades y Centros de estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.
La Belleza según Santo Tomás
La definición de Santo Tomás que se aduce con más frecuencia es “Pulcra dicuntur quae visa placent”. Pero aunque loable por su brevedad, esta definición no es adecuada como definición real, ni debemos decir que con esta expresión Santo Tomás pretendía definir la belleza. Esta expresión es descriptiva por el efecto, que más bien apunta al aspecto psicológico de la belleza, y no toca en profundidad la cuestión ontológica.
Tenemos otras indicaciones de Santo Tomás, que nos dan más para llegar al fundamento ontológico, para “cazar” la definición. He aquí unos datos muy interesantes que habrá que estudiar a fondo:
Para que haya belleza se requieren tres condiciones: primero la integridad o perfección; lo disminuido es feo por ello; y la debida proporción y armonía, y finalmente la claridad, y así se llama bello lo que tiene un color nítido.
Lo bello se refiere al poder cognoscitivo, porque se llama bello aquello cuya vista complace… de donde lo bello consiste en la debida proporción… y como el conocimiento se hace por asimilación, y la semejanza se basa en la forma, lo bello propiamente pertenece a la razón de causa formal.
La belleza particular de un objeto (que sería bello predicamental y añadiría alguna cosa al ente) es un hábito entitativo, y en consecuencia sigue la forma del ente, conforme al axioma “Quantitas sequitur materiam et quilitas formam”. Por lo tanto lo bello radica en la forma sustancial como en su sujeto, aunque en los objetos compuestos de materia y forma se manifieste principalmente por las formas accidentales. Por ello Santo Tomás hace referencia muchas veces a la relación con la causa formal, y también a la proporción y la claridad, que son propiedades que se refieren inmediatamente a la potencia cognoscitiva.
Por lo tanto, tenemos tres propiedades o condiciones objetivas de la belleza: La perfección, por la que lo bello se identifica con lo bueno; y la claridad y proporción, que se refieren a la aprehensión. Pero se ha de tener en cuenta no dar la exclusiva a estas condiciones, porque lo bello, como manifestación de la plenitud del ente, incluye de alguna manera todas las perfecciones que proceden de la forma del ente y por tanto estas propiedades están analógicamente contenidas en todos los entes.
Pero vamos a considerarlas una a una:
a. Perfección:
Según Santo Tomás: “Toda cosa es perfecta en cuanto está en acto, pues una potencia sin su acto es imperfecta”. De inmediato se sigue que todo ente es perfecto de alguna manera, porque en tanto que es, es en acto. Pero la perfección absoluta es aquello “A lo que nada falta según el modo de su perfección”, y esta perfección implica no sólo el ente en acto, sino también la potencia efectiva y el logro del fin.
Dice Santo Tomás: “La perfección de una cosa es doble, primera y segunda. La primera perfección es según que una cosa es perfecta en su sustancia; esta perfección es la forma del todo que resulta de la integridad de las partes. La segunda perfección es el fin; y el fin es o una operación, como el fin del citarista es tocar la cítara; o es algo a lo que se llega por una operación, como el fin del edificador es una casa, que hace edificando. Y la primera perfección es causa de la segunda, porque la forma es el principio de la operación.
Y como la perfección es el fundamento del bueno, y bello y bueno son lo mismo en el sujeto, se ha de considerar la relación de la perfección con el bueno, para entender mejor la perfección en el bello. Oigamos a Santo Tomás:
“Aunque bien y ente sean lo mismo en la realidad, como sin embargo son diferentes según su razón, no se dice del mismo modo alguna cosa ente simpliciter, y bueno simpliciter… Bueno dice razón de perfecto, que es lo apetible; y por consecuencia razón de último; de donde lo que es perfecto en lo último se dice bueno simpliciter; pero lo que no tiene la última perfección que debe tener, aunque tenga alguna perfección en cuanto es en acto, no se dice perfecto simpliciter, sino secundum quid… Por lo tanto esto que dice Boecio… que en las cosas una cosa es que son buenas y otra que son, se han de referir al ser bueno simpliciter, y al ser simpliciter; porque según su primer acto una cosa es simpliciter ente, y según el último, buena simpliciter; y sin embargo, según el primer acto es de algún modo buena, y según el último acto es de algún modo ente”.
Por lo tanto la perfección, en cuanto es el logro del fin es el fundamento del bueno simpliciter; y como bello es lo mismo que bueno en el sujeto, se ha de concluir necesariamente que también lo bello simpliciter se refiere a la perfección segunda.